Insisto: este país hay que cambiarlo
Es verdad, antes, cuando uno iba por un lado y tenía que cruzar entre un grupo de personas, decía con permiso y hasta que se nos decía concedido no cruzábamos; cuando solíamos salir de la casa a trabajar, a la escuela o a cualquier lugar, siempre alguien nos decía: "vaya usted con Dios" a lo que de inmediato respondíamos: "Que él quede con usted". Pero de un tiempo a esta parte, nadie tiene que ver con nada ni con nadie; si voy a cruzar por un lugar en vez de permiso, le voceo a la gente que se eche a un lado, que se quiten de ahí; si voy a salir y a alguien se le ocurre preguntar hacia dónde me dirijo lo más que puedo decirle es que eso no les importa y para qué carajo debo dar explicaciones si ya soy grande. Nuestra sociedad, cada día va de mal en peor. Así va el transporte público de pasajeros, el servicio que ofrecen los servidores públicos en las distintas dependencias del Estado (con algunas excepciones claro) y hasta el trato a nivel familiar. Antes, no hace ...