EN PRIMERA PERSONA Ni más, ni menos
Para lograr el respeto a la autoridad, debe primar el imperio de la ley POR JUAN SANTANA juansantana86@gmail.com C uando surgió la Autoridad Metropolitana del Transporte (AMET), bajo la tutela del legendario guerrillero Hamlet Alberto Hermann Pérez , este organismo fue una verdadera autoridad en todo el sentido de la palabra y en materia de orden en el caótico sistema de tránsito, principalmente en la capital de la República Dominicana. Los agentes de la Amet infundían respeto, no miedo. Su sola presencia en las calles advertía un orden que se debía cumplir. Todos, sin chistar, civiles y militares; grandes y pequeños; cumplían las disposiciones legales y lo concerniente al ordenamiento del tránsito vehicular. Había un carril expreso para los autobuses, nadie se atrevía a cruzar un semáforo en rojo, ningún chofer se estacionaba sobre las aceras y mucho menos, ocupaba la línea de cruce peatonal. Luego, pasado el tiempo, llegaron hasta nuestro presente los “cambios” de direcci...