Mes de la familia, feminicidios y otros males
Ante tantos males, nos queda, seguir sembrando en valores, no importa que la semilla caiga en medio del camino y sea pisada o comida por los pájaros o entre las piedras y consumida por el sol o entre la hierba y los espinos y sea ahogada por estos. Vamos a sembrar de valores nuestra patria, pues ¡un día, no muy lejano, cosecharemos!
Juan Santana
juansantana86@gmail.com
Desde 1971, noviembre de cada año es dedicado a la familia en la República, nos recuerda el matutino Listín Diario en su portal digital de fecha 3 de noviembre de 2007.
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En este 2017, iniciamos el mes de la familia con una multitudinaria marcha de hombres, organizada por el Ministerio de la Mujer, con un solo clamor: detener la violencia contra las mujeres.
La mañana de este sábado, empleados de la Superintendencia de Electricidad marcharon en el Jardín Botánico Nacional, en procura de llamar la atención de la población dominicana, para que se recobren los valores familiares y evitar todas las formas de violencia.
Según el superintendente de Electricidad, Cesar Prieto, solo volviendo a los valores familiares se puede acabar con los crímenes, la violencia intrafamiliar y otros males que afectan la sociedad dominicana en la actualidad.
Ahí está el meollo del asunto: volver a los valores familiares en donde todos, absolutamente todos, se han perdido. A más de cuarenta años de distancia desde que noviembre fue designado como mes de la familia, vemos que la comunicación ya no existe en el seno de nuestras familias ya que el celular, el chateo y las redes sociales han sustituido la conversación cara a cara.
El respeto, es otro de los valores que anda de vacaciones en los hogares dominicanos, pues ya en casa, cada quien es independiente y eso significa para muchos, no dar explicación de cuanto hace con su vida y esa independencia, derivada en libertad de acción, ha terminado en libertinaje. Donde mandan muchos, no manda nadie.
La ruptura familiar, cada vez son más los divorcios publicados en los diarios, cada instante son mas niñas las que abandonan la escuela y se convierten en madres. A diario, son más las menores de edad, a las que se les reconoce “una relación” con un adulto que cuando menos le lleva, tiene una diferencia de diez años con ella. Esas relaciones siempre terminan mal pues lo que mal empieza es como el árbol que crece torcido, jamás su rama endereza.
Los divorcios, el irrespeto a los valores familiares y la deserción de nuestras niñas de las escuelas, para convertirse en madres, están por extinguir la unidad básica de la sociedad: la familia. Sin la base que representa la familia, la sociedad va a la deriva. Por todo ello, mas delincuencia nos arropa, más feminicidios se producen cada día dejando más huérfanos, odio, rencor, encono, enojo y la sociedad cada vez mas dividida.
Ante tantos males, nos queda, seguir sembrando en valores, no importa que la semilla caiga en medio del camino y sea pisada o comida por los pájaros o entre las piedras y consumida por el sol o entre la hierba y los espinos y sea ahogada por estos. Vamos a sembrar de valores nuestra patria, pues ¡un día, no muy lejano, cosecharemos!
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