¡Cerveza, cerveza, cerveza!
Tres Soberanas grande por RD$100.00
"...solo recuerdo haber despertado dos, tres, cuatro..., horas después en mi casa. Ensopado en sudor y con la vergüenza de no volver al bendito colmado en mucho tiempo por estar privando en hombre y bebe solo".
Y yo, ni tonto ni perezoso y poco bebedor de cervezas me dije para mis adentros:
-Esas me las bebo yo, en el nombre del padre-.
Más rápido que de pronto me apersoné al colmado y sin pensarlo una vez, pedí la oferta y le dije al dependiente: -Me dejas dos en la nevera-
Estaban tan frías, que parecían estar vestidas de novia. Sin Embargo, se me acerca un amigo de esos que no son invitados y están en todas partes, los famosos paracaídas.
Él tenía igual intención y yo que no quería compartir mis cervezas con nadie. Logré disuadirlo amigablemente para que se fuera, no sin antes “amenazarme” con que volvería luego. -Nos vemos ahorita-, sentencio el susodicho.
El tipo se va, me froto las manos y proclamo a todo pulmón: -¡a beber carajo!
Pido las tres cervezas de la oferta y me pregunta el colmadero que cuántos vasos. le dije que ninguno. Me “envico” de la primera botella y no bien me doy el primer trago cuando trago en seco. A seguidas, un nudo me oprime el pecho y comienzo a sudar en frío.
Miro de reojo mi Soberana en el mostrador y me pregunto: -Wepa carajo, y qué me paso?- No pude beber un trago más, la presión se me fue al piso, bajé a negro. No veía nada. Pon los pies en el suelo, me gritó alguien. Lo hice y nada. Y la Soberana ahí, desafiante, en el mostrador y las otras dos de la oferta en la nevera, casi explotandose. En eso llega mi amigo y pregunta: -Hey tiguere, cuantas llevas? De verdad no se qué le respondí ni el destino de mis Soberanas, solo recuerdo haber despertado dos, tres, cuatro..., horas después en mi casa. Ensopado en sudor y con la vergüenza de no volver al bendito colmado en mucho tiempo por estar privando en hombre y bebe solo.
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