Anoche fue una noche grande, una noche EMECOS

juan SANTANA
juansantana86@gmail.com

La de anoche, fue una noche grande, fue memorable. Juntarme con personas que tenía veinte y más años sin verlas fue algo grandioso. No tengo palabras para describirlo y si pudiera describirlo, diría que fue una lluvia de emociones.

Ver a Américo Celado conducir una ceremonia con sobriedad con sus pinceladas de humor me llenó de gran satisfacción. Ver mis compañeros de antaño, trajeados, ataviados cual licenciados me hace sentir el ser más feliz del mundo.

Entre risas, abrazos, besos y la "canchanchanería" de siempre, desde antes de las siete de la noche de ayer nos fuimos congregando en la Plaza Cultural Mauricio Báez, en el corazón mismo del sector capitalino de Villa Juana para vernos, para darnos un abrazo, un apretón de manos, para decirnos cuanto nos queremos.

Quisiera mencionar a cada uno de mis compañeros por sus nombres, pero el temor a dejar de mencionar alguno, me obliga a no hacerlo. Pero no podía dejar pasar el tiempo sin plasmar en este espacio lo que anoche fue fue para mi, una noche memorable, irrepetible.


Convocados por EMECOS, eterna Embajada de la época de estudiantes de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (nuestra querida Alma Máter) de mediados de los años 80, ahora como egresados veinte y tantos años después,  nos dimos cita en una noche memorable para volver a recordar con cariño aquellos tiempos ya idos, aquellos momentos vividos y revivir en nuestra memoria, aquellos episodios de las aulas en donde tres de nuestros profesores (gladiadores por demás), se ganaron la primicia de ser nuestros primeros reconocidos cual Quijotes que contra molinos de viento de todas partes, supieron sembrar en cada uno de los presentes la semilla del buen periodismo.

Solo quiero, que como EMECOS, se mantenga la unidad entre nosotros. La fuerza que nos unió como estudiantes nos mantenga cercanos, siempre, que si no nos vemos, nos llamemos, que si no nos llamamos nos enviemos un correo; en fin, que busquemos siempre la excusa para reencontrarnos.

Hurgando en la red, encontré este vídeo de nuestro eterno Núñez Grassals, con una sentencia que ahora, más que nunca, cobra y mantiene vigencia: la ética periodística, los bajos salarios en nuestro oficio... escuchemos con atención las palabras del maestro y sigamos practicando el periodismo que él nos enseña cada día desde el día en que tuvimos el privilegio de ser sus alumnos.

Repito, Rafael Núñez Grassals, Rodolfo Coiscou Duvergé, Agustín Cortés Robles, tres hombres sencillos que tienen un común denominador: son maestros de periodistas.

EMECOS vive!


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