Día de recuerdo y de recogimiento
POR JUAN SANTANA
tiempodenoticias.juansantana@gmail.com
CDP-S21-151
Esta mañana, mientras transitaba desde la zona oriental; más bien desde el municipio Santo Domingo Este hacia la capital dominicana, me percaté de que la bandera haitiana, en la legación diplomática de esa nación estaba a media asta. En ese instante recordé que se cumple en esta fecha el primer aniversario del terremoto que prácticamente acabó con la vida de más de 300 mil haitianos y de otras nacionalidades el pasado año.
El título que encabesa esta nota, recoge el sentir del pueblo dominicano para con los vecinos de Haití. Hoy es día de recuerdos y recogimiento, de luto, de dolor, de duelo y de mucho pesar. Hoy, en la vecina nación, todavía hay personas en carpas, durmiendo a la intemperie y más que eso: no saben donde están sus muertos.
Las escenas que precedieron al terremoto de Haití del pasado 12 de enero de 2010 le dieron la vuelta al mundo y retrataron de cuerpo entero a una nación desgarrada, devastada, desolada, destruida casi por completo.
Luego del terremoto llegaron las lluvias (lo recuerdan), las lluvias y luego el cólera que mal contadas, se ha llevado la vida de más de 3 mil haitianos y sigue su ritmo indetenible.
Es tiempo ya de que la comunidad internacional (todos los que se dicen amigos de Haití), acudan su auxilio. Basta de cumbres y de poses y más poses. También está bueno ya de lamentos. Es hora de trabajar por la reconstrucción de una nación al borde del abismo pues después del terremoto, de las lluvias y el cólera, los políticos (los mismos políticos de siempre), parecen que se han puesto de acuerdo en una idea: aniquilar a su nación aunque para ello sea preciso aniquilarse a ellos mismos... seguiré con el tema más adelante.
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CDP-S21-151
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| Hoy es día de recuerdos y recogimiento, de luto, de dolor, de duelo y de mucho pesar en Haití. Foto: El Nuevo Diario |
El título que encabesa esta nota, recoge el sentir del pueblo dominicano para con los vecinos de Haití. Hoy es día de recuerdos y recogimiento, de luto, de dolor, de duelo y de mucho pesar. Hoy, en la vecina nación, todavía hay personas en carpas, durmiendo a la intemperie y más que eso: no saben donde están sus muertos.
Las escenas que precedieron al terremoto de Haití del pasado 12 de enero de 2010 le dieron la vuelta al mundo y retrataron de cuerpo entero a una nación desgarrada, devastada, desolada, destruida casi por completo.
Luego del terremoto llegaron las lluvias (lo recuerdan), las lluvias y luego el cólera que mal contadas, se ha llevado la vida de más de 3 mil haitianos y sigue su ritmo indetenible.
Es tiempo ya de que la comunidad internacional (todos los que se dicen amigos de Haití), acudan su auxilio. Basta de cumbres y de poses y más poses. También está bueno ya de lamentos. Es hora de trabajar por la reconstrucción de una nación al borde del abismo pues después del terremoto, de las lluvias y el cólera, los políticos (los mismos políticos de siempre), parecen que se han puesto de acuerdo en una idea: aniquilar a su nación aunque para ello sea preciso aniquilarse a ellos mismos... seguiré con el tema más adelante.
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