VIOLENCIA: Nos estamos volviendo locos
POR JUAN SANTANA
juansantana86@gmail.com
(Miembro del Colegio Dominicano de Periodistas)
CDP-S21-151
Leyendo los periódicos, encontramos informaciones que nos consternan cada día y nos ponen en evidencia que somos un país violento. Dos hechos recientes, son prueba fehaciente de lo que ahora afirmamos.
Una de ellas, la muerte a manos de agentes de la Policía Nacional, de un joven estudiante de derecho de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, porque este alegadamente no obedeció una orden de detenerse y la otra, la de otro joven, esta vez empleado de un colmado (los llamados delivery), atacado a batazos (Sí, a batazos, no leyó mal), por un miembro del Ejército Nacional al que la víctima fue a cobrarle un dinero de un queso que el matador había pedido al colmado donde la víctima laboraba.
Así están las cosas en nuestra querida Patria, dos personas de trabajo, jóvenes por demás, con toda una vida por delante, pierden precisamente sus vidas a manos de quienes están llamados a protegerla, qué contrariedad, qué contrasentido: la vida, no vale nada.
La sociedad dominicana no merece más tanta tortura pues en esto se han convertido los más recientes brotes de violencia que vivimos. Dónde están los valores cívicos, morales y familiares. Dónde se ha ido el amor al prójimo.
La desintegración de la familia, un mal que se ha entronizado en nuestro diario vivir nos aleja más y más cada día y amenaza con destruir la sociedad en su conjunto. Ya nadie piensa en el dolor ajeno; nada nos importa ver morir a un ser humano, ya nada nos acongoja, ya la muerte anda con nosotros y la aceptamos como parte de nuestra propia vida...Hasta una próxima entrega.
juansantana86@gmail.com
(Miembro del Colegio Dominicano de Periodistas)
CDP-S21-151
Leyendo los periódicos, encontramos informaciones que nos consternan cada día y nos ponen en evidencia que somos un país violento. Dos hechos recientes, son prueba fehaciente de lo que ahora afirmamos.
Una de ellas, la muerte a manos de agentes de la Policía Nacional, de un joven estudiante de derecho de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, porque este alegadamente no obedeció una orden de detenerse y la otra, la de otro joven, esta vez empleado de un colmado (los llamados delivery), atacado a batazos (Sí, a batazos, no leyó mal), por un miembro del Ejército Nacional al que la víctima fue a cobrarle un dinero de un queso que el matador había pedido al colmado donde la víctima laboraba.
Así están las cosas en nuestra querida Patria, dos personas de trabajo, jóvenes por demás, con toda una vida por delante, pierden precisamente sus vidas a manos de quienes están llamados a protegerla, qué contrariedad, qué contrasentido: la vida, no vale nada.
La sociedad dominicana no merece más tanta tortura pues en esto se han convertido los más recientes brotes de violencia que vivimos. Dónde están los valores cívicos, morales y familiares. Dónde se ha ido el amor al prójimo.
La desintegración de la familia, un mal que se ha entronizado en nuestro diario vivir nos aleja más y más cada día y amenaza con destruir la sociedad en su conjunto. Ya nadie piensa en el dolor ajeno; nada nos importa ver morir a un ser humano, ya nada nos acongoja, ya la muerte anda con nosotros y la aceptamos como parte de nuestra propia vida...Hasta una próxima entrega.
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