Los boletines siguen hablando
CDP-S21-151
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- A medida que avanza el conteo de los sufragios emitidos por la población el pasado domingo 16, por parte de la Junta Central Electoral (JCE), se evidencia la debacle en la que cayó el otrora poderoso Partido Revolucionario Dominicano (PRD), producto de una desorganizada "dirección", que lo llevó a sufrir la más humillante de sus derrotas en su histórica existencia desde 1939.
Ahora que el perredé muerde el polvo de la derrota, dirán algunos que no debemos hacer leña del árbol caído, está en el momento oportuno para hacer un análisis interno del por qué de este nueva caída, la cuarta desde 2004.
Ya, los máximos dirigentes del Partido Blanco deben ir pensando en la convocatoria de una cumbre en donde, primero que nada, se suspenda a la dirección en pleno de esa organización, dando mandato pleno a una comisión de alto nivel, para que se pueda determinar las causas reales que expliquen el "desbarajuste" sufrido por esa entidad partidaria en las elecciones congresuales y municipales de este año.
En el momento y con el calor de las elecciones encima, los máximos dirigentes del perredé han salido a explicar, desde sus puntos de vista, las posibles causas de la derrota, culpando primero al Estado, al gobierno, de ello.
Otros en cambio y desde afuera, atrincherados en los medios de información, tratan de hacer creer que el PRD creció aun perdiendo las elecciones de manera humillante. ¡Qué ilusos!
Otros más osados y sesudos, señalan que la cuota de poder obtenida por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) es "excesiva y peligrosa", ya que a su entender, no se debe concentrar tanto poder en una sola organización política. Esos mismos, llamados líderes de opinión, no recuerdan que el mismo perredé tuvo abrumadora mayoría en los Ayuntamientos, en el Congreso Nacional y que esa misma organización secustrada ennces por un proyecto político de triste recordación, manejó a su antojo desde el Poder Ejecutivo y avasalló a todos los demás. ?¿ Mala memoria o no conviene recordar...
Acaso no recordarán esos comunicadores la apresurada reforma constitucional del año 2002, la que luego de amplias consultas, nombramiento de comisiones al más alto nivel de la jerarquía de la Iglesia Católica; la más nutrida representación de las universidades, edición de informes y la participación de la comunidad evangélica nacional, si mal no recoramos, así como toda la sociedad civil incluida: el único propósito que tuvo (más bien un despropósito), fue el restablecer la reelección presidencial. Seguiremos sobre el tema, más adelante...
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