Tod@s a rechazar ya el barrilito inconsticional e inmoral
POR JUAN SANTANA
juansantana86@gmail.com
CDP-S21-151
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Nuestros esforzados legisladores se aferran cada día al famoso barrilito, como aquel náufrago que se agarra a una tabla de un barco que se hunde en alta mar.
Por más que voces autorizadas de la sociedad hayan criticado esa aberración, nuestros dipútados y senadores justifican lo injustificabe, para echarse en los bosillos unos pesos de más, dizque para realizar obras sociales.
No se justifica, en un país con tantas necesidades y carencias, en donde se sobran las entidades sociales que tiene el aparato gubernamental, que ellos (los llamados representanes del pueblo), se gasten millones en "obras sociales" a las que nada (ninguna norma jurídica) ni nadie les obliga.
"El “barrilito” es una aberración de los sistemas personalistas que debiera desaparecer completamente", ha dicho con nmucha propiedad don Adriano Miguel Tejada, director de Diario Libre.
El veterano comunicador agrega que: "una cosa es el mantenimiento de una oficina legislativa y que se le paguen los gastos de correo y la gasolina y otro que se monte un despacho de filantropía política financiada con fondos públicos para beneficio personal del legislador".
Don Adriano se pregunta que ¿quién se beneficia de los programas permanentes de beneficencia de los legisladores? y se nresponde que: sólo ellos y algunos miembros de la comunidad.
Diputados y senadores aseguran que dentro de la labor de representación que realizan, está el trabajo social que hacen en favor de su gente, lo que implica que tengan que disponer de recursos económicos.
No ha valido ni siquera el clamor de la iglesia Católica (ya el cardenal se pronunció); tampoco el llamado del presidente de la Junta Central Electora, doctor Julñio César Castaños Guzmán. Nada, diputados y senadores siguen aferrados a una idea que sólo les beneficia a ellos y alguna de su gente.
Pero que sigan ahí, el 16 de mayo el pueblo dirá la última palabra y entoneces sabremos si lo que queremos son legisladores o hermanitos de la caridad en el Congreso Nacional. Después, vendrá el lloro y el crujir de dientes, pues por más recursos que digan invierten los legisladores en obras de bien social, cosa para la que no fueron electos; ellos mismos, los que se apegan al barrilito inmoral e inconstitucional, no pasarán de nuevo... y se quedarán como perico en la estaca... después no digan que se les avisó.
juansantana86@gmail.com
CDP-S21-151
SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Nuestros esforzados legisladores se aferran cada día al famoso barrilito, como aquel náufrago que se agarra a una tabla de un barco que se hunde en alta mar.
Por más que voces autorizadas de la sociedad hayan criticado esa aberración, nuestros dipútados y senadores justifican lo injustificabe, para echarse en los bosillos unos pesos de más, dizque para realizar obras sociales.
No se justifica, en un país con tantas necesidades y carencias, en donde se sobran las entidades sociales que tiene el aparato gubernamental, que ellos (los llamados representanes del pueblo), se gasten millones en "obras sociales" a las que nada (ninguna norma jurídica) ni nadie les obliga.
"El “barrilito” es una aberración de los sistemas personalistas que debiera desaparecer completamente", ha dicho con nmucha propiedad don Adriano Miguel Tejada, director de Diario Libre.
El veterano comunicador agrega que: "una cosa es el mantenimiento de una oficina legislativa y que se le paguen los gastos de correo y la gasolina y otro que se monte un despacho de filantropía política financiada con fondos públicos para beneficio personal del legislador".
Don Adriano se pregunta que ¿quién se beneficia de los programas permanentes de beneficencia de los legisladores? y se nresponde que: sólo ellos y algunos miembros de la comunidad.
Diputados y senadores aseguran que dentro de la labor de representación que realizan, está el trabajo social que hacen en favor de su gente, lo que implica que tengan que disponer de recursos económicos.
No ha valido ni siquera el clamor de la iglesia Católica (ya el cardenal se pronunció); tampoco el llamado del presidente de la Junta Central Electora, doctor Julñio César Castaños Guzmán. Nada, diputados y senadores siguen aferrados a una idea que sólo les beneficia a ellos y alguna de su gente.
Pero que sigan ahí, el 16 de mayo el pueblo dirá la última palabra y entoneces sabremos si lo que queremos son legisladores o hermanitos de la caridad en el Congreso Nacional. Después, vendrá el lloro y el crujir de dientes, pues por más recursos que digan invierten los legisladores en obras de bien social, cosa para la que no fueron electos; ellos mismos, los que se apegan al barrilito inmoral e inconstitucional, no pasarán de nuevo... y se quedarán como perico en la estaca... después no digan que se les avisó.
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