Domingo Páez, el diputado del pueblo
POR JUAN SANTANA
juansantana86@gmail.com
CDP-S21-151
La noche de este miércoles 17 de marzo, asistía a un conversatorio con el actual diputado y aspirante a esa misma posición por los próximos seis años, por la circunscripción número uno, del muncipio Santo Domingo Este, licenciado Domingo Páez.
Asistí a la actividad, primero, a dar mi espaldarazo al amigo, colega y hermano Buenaventura Ozuna, con quien llevo una relación de décadas, fundada en el respeto mútuo, la comprensión y el estar uno junto al otro en los momentos buenos y en los malos.
Allí, en el frente de la casa del amigo y al lado de donde vive mi hermana menor, se congregó la humildad y la sencillez del barrio Ramón Matías Mella para escuchar a ese hombre al que se ha definido con mucha propiedad como el diputado del pueblo.
La reunión pautada para las ocho de la noche empezó un poco más tarde, pero eso no importó. Los allí reunidos vimos en pantalla algunos vídeos de las realizaciones de este hombre singular en su demarcación.
Todos fuimos testigo de sus afanes y preocupaciones por la educación, lo vimos llevar computadoras a escuelas que carecen de este instrumento vital para el desarrollo del estudiante de este siglo XXI; vimos a Domingo Páez compartir con las madres aquellas mujeres olvidadas por la clase política que él mismo representa y no precisamente en el Día de las Madres. Cargado de regalos cual Santa Claus en Navidad, Domingo sonreía, abrazaba, besaba en lña frente, en las mejillas a las madres de los sectores empobrecidos de Santo Domingo Este y muchas veces vimos su cara ensombrecer de tristeza cuando una u otra de ellas le manifestaba al oido y con un fuerte apretón: una situación, un problema o bien una muestra de cariño sincero.
Este hombre, al que conocí, no de manera directa en la primera gestión del presidente Leonel Fernández cuando si mal no recuerdo se desempeñó como director de comunicaciones de la entonces CDE (Corporación Dominicana de Electricidad), es hoy un crítico de la situación de privilegios que él mismo confiesa, viven los legisladores en la República Dominicana.
A juicio de Domingo Páez, y lo dijo anoche, son irritantes los privilegios de los que goza un legislador (que no es más que un servidor público), empezando por el sueldo el que consideró un insulto a la pobreza en que vive la mayoría del pueblo dominicano.
Este hombre sencillo, humilde, servicial, atento, nativo de la costa de Miches, "donde se come el pezcado salcochado", como bien dijo Buenaventura Ozuna en su presentación, tiene un compromiso con su pueblo: hacer mejor lo que ha hecho antes, rectificar las cosas que han salido mal o no ha hecho bien (algunas de ellas fruto de impericia o inexperiencia de su primera vez en el cargo) y tercero, no defraudar la confianza de quienes han creído en su palabra. Pa´lante Domingo, creemos en tí...
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CDP-S21-151
La noche de este miércoles 17 de marzo, asistía a un conversatorio con el actual diputado y aspirante a esa misma posición por los próximos seis años, por la circunscripción número uno, del muncipio Santo Domingo Este, licenciado Domingo Páez.
Asistí a la actividad, primero, a dar mi espaldarazo al amigo, colega y hermano Buenaventura Ozuna, con quien llevo una relación de décadas, fundada en el respeto mútuo, la comprensión y el estar uno junto al otro en los momentos buenos y en los malos.
Allí, en el frente de la casa del amigo y al lado de donde vive mi hermana menor, se congregó la humildad y la sencillez del barrio Ramón Matías Mella para escuchar a ese hombre al que se ha definido con mucha propiedad como el diputado del pueblo.
La reunión pautada para las ocho de la noche empezó un poco más tarde, pero eso no importó. Los allí reunidos vimos en pantalla algunos vídeos de las realizaciones de este hombre singular en su demarcación.
Todos fuimos testigo de sus afanes y preocupaciones por la educación, lo vimos llevar computadoras a escuelas que carecen de este instrumento vital para el desarrollo del estudiante de este siglo XXI; vimos a Domingo Páez compartir con las madres aquellas mujeres olvidadas por la clase política que él mismo representa y no precisamente en el Día de las Madres. Cargado de regalos cual Santa Claus en Navidad, Domingo sonreía, abrazaba, besaba en lña frente, en las mejillas a las madres de los sectores empobrecidos de Santo Domingo Este y muchas veces vimos su cara ensombrecer de tristeza cuando una u otra de ellas le manifestaba al oido y con un fuerte apretón: una situación, un problema o bien una muestra de cariño sincero.
Este hombre, al que conocí, no de manera directa en la primera gestión del presidente Leonel Fernández cuando si mal no recuerdo se desempeñó como director de comunicaciones de la entonces CDE (Corporación Dominicana de Electricidad), es hoy un crítico de la situación de privilegios que él mismo confiesa, viven los legisladores en la República Dominicana.
A juicio de Domingo Páez, y lo dijo anoche, son irritantes los privilegios de los que goza un legislador (que no es más que un servidor público), empezando por el sueldo el que consideró un insulto a la pobreza en que vive la mayoría del pueblo dominicano.
Este hombre sencillo, humilde, servicial, atento, nativo de la costa de Miches, "donde se come el pezcado salcochado", como bien dijo Buenaventura Ozuna en su presentación, tiene un compromiso con su pueblo: hacer mejor lo que ha hecho antes, rectificar las cosas que han salido mal o no ha hecho bien (algunas de ellas fruto de impericia o inexperiencia de su primera vez en el cargo) y tercero, no defraudar la confianza de quienes han creído en su palabra. Pa´lante Domingo, creemos en tí...
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