Definitivamente: ‘What a Wonderful World’ (Que mundo tan maravilloso/Louis Amstrong)
Por Jéssica Paola Maridueña
Sí Se Puede
www.sisepuede.es
jessicapaolaec@gmail.com
MADRID, España.- Hoy me levanté con más vida que ayer. Rubicunda. Debe ser la primavera. Está demostrado el poder que tiene esta estación sobre los seres humanos.
Pletórica afiné más mis oídos a la conciertos underground en el Metro de Madrid, donde artistas urbanos, sin sueldo y viviendo de ‘perras’ que caen voluntariamente al suelo, suavizan la rutina de los pasajeros.
El recorrido en tren también está musicalizado. Hoy toca trompetistas rumanos y zampoñeros ecuatorianos. Llega el trasbordo en la estación Avenida América, destino final: Gregorio Marañón.
Mientras transito por los pasillos asoma en una esquina una voz ronca de un robusto y maduro cuerpo que me recuerda con diferencia al carismático intérprete de jazz, el estadounidense Louis Amstrong.
¡Ya está!. Se convierten a mi buen ver en la banda sonora de un día mágico. Mi paso rápido disminuye disimuladamente, observo fijamente al cantante anónimo que me anima con aquella letra que por instantes hace suya: “el brillo del día, la sagrada oscuridad de la noche, los colores del arcoiris que están en la cara de la gente que pasa, veo amigos que se dan la mano, (…). ‘What a wonderful world’.
Sí, realmente es maravilloso, si aprendemos a valorar las cosas por mínimas que sean. Hay muchas desigualdades y cosas que cambiar, pero apreciar la esencia al menos nos da la fuerza para adelantar el paso y pisar firmes sobre la senda de la esperanza.
Mis receptores están más sensibles que nunca. El intérprete desconocido me dibuja varias sonrisas y me reaviva la necesidad permanente de creer. Será la fuerza de la primavera. Se agradecen los días que se alargan, el astro rey resplandeciente, los parques que reverdecen y el multicolor que aparece.
La transición entre invierno y el verano llegó y sin tregua he desempolvado algunas piezas veraniegas. Normalmente inyecto mis días de optimismo. Pero hoy ha sido un día más especial. Se me hizo fácil en pensar el porqué. Se siente, se respira. La primavera inyecta vida. Los árboles dejarán su desnudez y los transeúntes regalan más sonrisas. Que razón tiene Amstrong: “Este mundo es una maravilla”. Leer más...
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jessicapaolaec@gmail.com
"Sí, realmente es maravilloso, si aprendemos a valorar las cosas por mínimas que sean. Hay muchas desigualdades y cosas que cambiar, pero apreciar la esencia al menos nos da la fuerza para adelantar el paso y pisar firmes sobre la senda de la esperanza".

MADRID, España.- Hoy me levanté con más vida que ayer. Rubicunda. Debe ser la primavera. Está demostrado el poder que tiene esta estación sobre los seres humanos.
Pletórica afiné más mis oídos a la conciertos underground en el Metro de Madrid, donde artistas urbanos, sin sueldo y viviendo de ‘perras’ que caen voluntariamente al suelo, suavizan la rutina de los pasajeros.
El recorrido en tren también está musicalizado. Hoy toca trompetistas rumanos y zampoñeros ecuatorianos. Llega el trasbordo en la estación Avenida América, destino final: Gregorio Marañón.
Mientras transito por los pasillos asoma en una esquina una voz ronca de un robusto y maduro cuerpo que me recuerda con diferencia al carismático intérprete de jazz, el estadounidense Louis Amstrong.
¡Ya está!. Se convierten a mi buen ver en la banda sonora de un día mágico. Mi paso rápido disminuye disimuladamente, observo fijamente al cantante anónimo que me anima con aquella letra que por instantes hace suya: “el brillo del día, la sagrada oscuridad de la noche, los colores del arcoiris que están en la cara de la gente que pasa, veo amigos que se dan la mano, (…). ‘What a wonderful world’.
Sí, realmente es maravilloso, si aprendemos a valorar las cosas por mínimas que sean. Hay muchas desigualdades y cosas que cambiar, pero apreciar la esencia al menos nos da la fuerza para adelantar el paso y pisar firmes sobre la senda de la esperanza.
Mis receptores están más sensibles que nunca. El intérprete desconocido me dibuja varias sonrisas y me reaviva la necesidad permanente de creer. Será la fuerza de la primavera. Se agradecen los días que se alargan, el astro rey resplandeciente, los parques que reverdecen y el multicolor que aparece.
La transición entre invierno y el verano llegó y sin tregua he desempolvado algunas piezas veraniegas. Normalmente inyecto mis días de optimismo. Pero hoy ha sido un día más especial. Se me hizo fácil en pensar el porqué. Se siente, se respira. La primavera inyecta vida. Los árboles dejarán su desnudez y los transeúntes regalan más sonrisas. Que razón tiene Amstrong: “Este mundo es una maravilla”. Leer más...
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