2010: Un año de renovación y de esperanza
Dentro de pocas horas, estrenamos el año 2010. La fecha es propicia para involucrarnos todos en una tarea ardua de renovación y de esperanza.
Primero que nada, debemos renovarnos a nosotros mismos y más que nada, mantener viva las esperanza de un mundo mejor: sin odio, renocor, guerras, hambre, miseria, enfermedades...
Para lograr nuestros propósitos, es necesario empezar por renovar nuestra fe en Dios, mantener viva nuestra creencia; creer más en los demás y dar, dar cada día, sin esperar nada a cambio.
2010 promete ser un año dificil para el mundo en el aspecto económico según señalan los expertos. En cambio, República Dominicana entra en un año electoral en donde habremos de elegir un nuevo Congreso y renovar las autoridades municipales.
Al renovar el Congreso y los Ayuntamientos, debemos tomar en cuenta quiénes nos van a representar por los próximos seis años. Sí, seis largos años, por lo que se hace más importante nuestra selección la que no es una elección cualquiera. Este será un voto que debe premiar la eficiencia, al cumplimiento del deber y el tgrabajo. Un voto de castigo a quienes desde sus posiciones se burlaron de este pobre pueblo dominicano. De reproche a todos aquellos que valiéndose de sus posiciones atropellaban a todo aquel que osaba disentir de él, un voto de castigo para aquellos que no son digmnos de ser representantes del pueblo...
Pongamos pues, primero que todo, la fe en Dios y, reitero, empecemos a renovarnos a nosotros mismos si aspiramos a tener una nación en donde impere la justicia, un país digno, una sociedad justa y humana. Empecemos, estamos a la puerta de un nuevo año y que mejor fecha para la renovación y la esperanza...
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