Hay que volver al pasado
POR JUAN SANTANA
A veces, es odioso decirlo, creo que lo pasado fue mejor. Me refiero en esos términos al proceso de enseñanza en las escuelas y colegios de nuestra querida República Dominicana. En otros tiempos, lo recuerdo como ahora, la figura del maestro era casi venerable, la enseñanza de la Moral y Cívica era obliogatoria en los planes de estudio de primero hasta octavo grado; incluso en cuarto de bachillerato se impartía esa materia.
Ahora, en el tiempo de la Internet y la psicología moderna, la vida va más rápido que nunca, los inspectores de la Secretaría de Educación ya casi no visitan las escuelas, (me dicen que son una especie en vías de extinción). Recuerdo que antes la visita de esos señores (los inspectores), era algo que nos sorprendía a todos, incluso a las autoridades del plantel escolar y que cuanmdo ellos llegaban, de inmediato se presentaban en las aulas. Allí los recibíamos (alumnos y profesores), con mucho respeto.
Ahora, en este tiempo, en nuestra sociedad, al alumno que se le llama la atención le da plomerito a la profesora en un vaso de jugo o la manda para casa del demonio. El papá que le llama la atención a su hijo, que lo corrige para que sea mejor, este o se suicida o mata a su progenitor.
Ya nadie rinde honor a los símbolos patrios y cualquier estudiante entra a la escuela con una gorra sucia o rota en la cabeza y con los pantalones más abajo de la cintura, exhibiendo incluso sus ropas de interior.
Ahora los estudiantes se saben rapear, chatear, cualquier cosa antes que el Himno Nacional dominicano el que incluso a artistas de renombre se les han olvidado las letras en nun acto público y mucho peor que eso: para muchos Duarte es una calle donde hay muchas tiendas, Mella es un perfecto desconocido y Sánchez es el nombre de un puente, el de la 17,que casi se está cayendo. Hasta la próxima...
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