¡Una pena!
Por respeto a la crónica deportiva nacional, casi nunca nos referimos a temas de esa índole; pero, por tratarse de uno de los eventos más esperados por la fanaticada de la República Dominicana en los últimos tiempos, vamos a tratar lo que a nuestro humilde entender pasó el sábado con la proyectada pelea entre nuestro Joan Guzmán y el estadounidense Nate Campbell.
A nuestro entender, las cosas no se manejaron del todo bien, sobre todo en lo que tiene que ver con la comunicación. Nuestro campeón anunció él mismo a viva voz que los médicos le habían recomendado no subir al cuadrilátero, luego habló el secretario de Deportes Felipe -Jay- Payano y confirmó lo dicho por el campeón. No dudamos de sus palabras; pero creemos que él no era la persona indicada para hacer ese anuncio en ese momento en que tanta gente esperaba un nuevo triunfo para el país.
Creo, humildemente, repito, que debió ser el equipo médico y técnico de Guzmán quien debió hablar; luego de esas declaraciones, debieron ceder la palabra al secretario de Deportes y al final, si había algo más que agregar, que hablara el púgil dominicano.
Lamentamos que la duda haya quedado en el ánimo de mucha gente; es mucho lo que se ha dicho de manera pública pero es más lo que no se ha dicho y se ha conversado en círculos de opinión ligados al boxeo profesional; se habla de un desplante del criollo a Campell, se cuchichea que Guzmán hasta podría ser sometido por los promotores de la pelea.
“Él no hizo ningún esfuerzo, no se enfocó en que tenía que pelear el sábado ante el campeón del mundo ni que previamente el viernes tenía que pesarse y marcar el límite de una división; pero tampoco nos anticipó nada de esto. Él no conoce este negocio”, dijo un frustrado Campbell a George Kimball, de ESPN.
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